jueves, 24 de abril de 2014

VÍSTEME DESPACIO QUE ESTOY DE PRISA...!!!



En la época del fax, los chips, el internet,

el jet, el microondas y el control remoto,

es difícil aceptar procesos con paciencia.

Queremos que todo en la vida funcione

tan rápido como las comunicaciones

o las computadoras. Nos dejamos

presionar por un inmediatismo estresante.

Y está bien que exijamos rapidez a los lentos

y los mediocres, pero no hasta el punto

de querer en todo una velocidad

de transbordador espacial.

Por querer volar quemamos valiosas iniciativas,

no le damos espacio a los procesos de maduración

y olvidamos lo importante agobiados por lo urgente.

La impaciencia nos hace tanto daño como el que

sufren los niños cuyos papás quieren estos milagros:

que el pequeño a los 5 años hable tres idiomas,

toque violín, sea estrella en un deporte,

estudiante Uno. A. y experto karateca.

Ojalá pongamos en nuestro espejo, en el closet

y en la oficina un post-it con las letras

PP de paciencia y procesos.

Así tendremos ante los ojos por un buen tiempo

un memorial de lo valioso que es actuar con calma

y dejar tanto acelere.

¡Ojo, vísteme despacio que estoy de prisa!

VÍA EL TRASTERO DE MI MENTE

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