viernes, 29 de junio de 2012

¿TENGO UN MÉDICO DENTRO DE MI?

 

¿Tengo un médico dentro de mí?

Jordi Campos: Sí. Todas las enfermedades de tu cuerpo tienen raíz anímica, espiritual. Si te ayudo a descubrir esa causa espiritual…, ¡se sana tu psique, y eso sanará tu cuerpo!

¿Cómo llama a esta medicina?

Medicina holística, suma de medicina psicosomática y medicina natural…

¿Qué enfermedades aborda así?

Disfunciones visuales, alérgicas, dérmicas, reumáticas, artríticas, anímicas… Prescribo dieta vegetariana y un cambio de actitudes.

¿Actitudes?

Los pensamientos, las palabras y los actos ¡son muy poderosos y pueden hacer enfermar tu cuerpo! Sanando actitudes -ideas, palabras, hábitos…- sana el cuerpo.

¿Y así trata disfunciones visuales?

¡Sí! El 60% de la población europea usa gafas: enfermedad de la civilización. ¡Y la miopía se cura! Llevas gafas: por miopía, ¿no?

Desde los 10 años. Hoy, diez dioptrías.

Cuantos más años lleve tu ojo con gafas, y cuantas más dioptrías tenga, más difícil para ese ojo dejar de ser miope. ¡Pero se puede! Un paciente mío con 10 dioptrías… dejó de ser miope en 18 meses: cero dioptrías.

Me sorprende. ¿Cómo es posible?

El miope suele serlo a causa de una personalidad sensible, con tendencia a retraerse, a ver amenazas afuera, a tener miedo, a recogerse en el intelecto.

Me reconozco así cuando era niño.

Esa tensión interna te provocó la miopía. Fue erróneo graduarte lentes cuando todavía tenías poquitas dioptrías e ir aumentando su graduación cada vez: ¡el ojo se acostumbró, no tuvo oportunidad de reponerse!

¿Acaso podía haberse repuesto?

Sí. El ojo es terminación del sistema nervioso, espejo del alma… Y eso va cambiando. ¡Lo primordial es ser consciente de tus tensiones y miedos, y modificar esas actitudes!

¿Y luego?

Quítate las gafas. Contacta con la naturaleza. Pasea por el campo. Mira a lo lejos. Practica técnicas de relajación y respiración…

Pero es que sin gafas ¡estoy perdido!

Si durante el tratamiento te las pones lo mínimo posible, y vas disminuyendo paulatinamente su graduación…, tu ojo vuelve a esforzarse para ver bien lo que pasa alrededor.

¿Qué más necesitaría para lograrlo?

Alegrías. Y, sobre todo, una fortísima motivación: ¡sin eso no hay dieta vegetariana que valga! El ojo acaba por reflejar tu claridad interior. Y brillará más.

Extracto de una entrevista con Jordi Campos -médico naturópata- en La Vanguardia

Imagen: Glenn Jones

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