domingo, 29 de mayo de 2011

MENSAJE DE LOS PLEYADIANOS...SENTADOS EN EL BANCO DEL PARQUE DE LA EVOLUCIÓN Canalizado por Gillian MacBeth-Louthan




Bienvenidos, somos los Pleyadianos. Todos los días, a medida que ustedes aceptan y entienden más de su energía, nosotros también entramos en alineación con partes de nosotros mismos que todavía no hemos aceptado. Porque nosotros estamos sólo unos pocos peldaños más arriba en la escalera de luz más allá de lo que pueden ver al reflejarse en el espejo del baño. Nosotros también nos esforzamos por avanzar. Nos esforzamos por ser más. Nos esforzamos por abarcar todos los aspectos de nosotros mismos que aún no hemos llegado a entender plenamente, tal como ustedes.
Nos sentamos a su lado en ese banco del parque de la evolución – cada uno hablando un idioma diferente, cada uno representando una octava distinta de luz – pero sabiendo innatamente que marchamos como uno solo. Queremos que se relacionen con esa unicidad. Esa unicidad que a menudo rehúyen y tratan de alejar. Es el rostro de Dios que piensan que es demasiado feo, demasiado grande, demasiado viejo, demasiado pequeño, demasiado gordo, demasiado flaco, demasiado de una cosa, o muy poco de otra.
Entiendan esto queridos – las partes de ustedes QUE USTEDES NIEGAN, que reprenden, que menoscaban y subestiman – son 100% Dios. Las partes de su ser que los rodean en este momento del tiempo son todas aspectos de un creador que ustedes han negado. Hablamos de Dios como una unidad de vida que lo abarca todo, una unidad de luz que lo abarca todo y una unidad de amor que lo abarca todo.
No pueden aceptar un aspecto de su Divinidad y rechazar los otros 143 aspectos. No pueden abandonar a su esencia interior al volverle la espalda, su linda cabeza y su corazón a la misma Divinidad que debe ser aceptada. Ustedes niegan su Divinidad al negar su belleza, al negar su talento, al negar sus habilidades. Niegan al Creador cuando se niegan a sí mismos. Niegan al Creador cuando niegan la posibilidad de un milagro en su vida, la posibilidad de que el amor verdadero llame a su puerta. Le niegan al Creador la oportunidad de ayudar a otro a través de ustedes. No sólo la niegan 3 veces al día al cantar el gallo sino que niegan su Divinidad cientos de veces al día al rechazar cumplidos, al rechazar amistades, al rechazar los dones de los demás.
Vean a cuántas personas alejan todos los días, y con qué frecuencia rechazan lo bueno. Cada vez que niegan algo,  reprueban y alejan al aspecto más Sagrado del Universo. Cada día decretan verbalmente y declaran que son uno con el Creador, pidiendo más sabiduría y verdades espirituales. Buscan estas comprensiones y sin embargo, minuto tras minuto, aliento tras aliento, niegan al universo, la Fuente que vive dentro de ustedes y de cada una de sus experiencias.
Todas las cosas que llegan a ustedes son regalos del Creador que ustedes eligen no desenvolver ni reconocer. La bondad es fácil de ver y encontrar en las largas horas del día, pero ¿qué hay de todas las experiencias que no son tan fáciles, ni tan bonitas, ni tan divertidas? Todas las partes del universo están entrando en su mundo porque ustedes las han convocado, ustedes lanzaron el toque de clarín y emitieron un decreto: “Ven a mi vida, enséñame, muéstrame. Los aprendizajes llegan ya sea por medio del placer, el dolor, la bondad, la maldad, la oscuridad, o la luz. Eso no importa.” Ustedes convocaron todo lo que les pasó el día de hoy y ayer y mañana desde el segundo mismo de su nacimiento hasta el segundo mismo de su muerte. Ustedes lo llamaron todo a la existencia. Llamaron a los buenos, llamaron a los malos, llamaron a la carencia, y la prosperidad. Los invitaron con sus pensamientos, sus palabras y sus energías.
Lo decimos una y otra vez; su mundo es un telesketch* cósmico gigante. Ustedes están dibujando los diseños mismos de su existencia. Lo invitan con sus gustos, sus aversiones, sus enojos, sus amores, sus odios, sus deseos y sus necesidades. No nieguen nada que llegue a ustedes. Todo está en proporción divina.
Vean en su mundo la divinidad que buscan. Su mundo refleja la divinidad que buscan. Quieren ángeles, los ángeles vendrán. Quieren el conejo de Pascua, él también estará aquí. Cualquier cosa en la Tierra que piden, se les da, ¡ustedes son los hijos favoritos del Creador! Son el pueblo elegido, sin embargo no lo ven.
La aceleración está ante ustedes, para ustedes, junto a ustedes, en ustedes, debajo de ustedes y por encima de ustedes. Todos somos miembros de la familia en el reino celestial, pero ustedes fueron los últimos en nacer y son los favoritos del Padre. Se les ha dado todo, pero como niños mimados no aprecian los regalos. Ustedes, que son los hijos favoritos, tienen que recordar y elegir por sí mismos. ¿Por qué creen que residen en un planeta de libre elección y libre albedrío? Todo gira en torno a la elección, elegido, elegir – ¿Qué van a elegir? ¿Cómo van a elegir? ¿A quién van a elegir? Esperan energéticamente que otros los elijan, que Dios los elija, cuando todo el tiempo ha sido su elección. ¡Ustedes eligieron, crearon, manifestaron, de adentro hacia afuera!
Conviértanse en el Elegido, el que elige la Luz más elevada. Dejen de negar su divinidad. Cada minuto de su día, cada acción con cada persona y cada situación es divinamente instruida y orquestada. ¿Qué canciones les están tocando a los demás? Parten el pan con el Creador a cada minuto de cada día, con cada aliento, con cada elección, con cada situación; están partiendo el pan con lo divino. Siéntense a la mesa de Luz y coman lo que se les ha dado.
Ustedes han sido cortados del mejor tejido del Creador. Son lo mejor de lo mejor que se colocó sobre la Tierra, un lugar donde han olvidado quiénes son. Han olvidado sus habilidades. Simplemente se han olvidado. Y se sienten olvidados al exteriorizar el olvido. Nunca pueden ser olvidados por ningún aspecto de Dios. Cada vez que se encuentran con alguien se están encontrando con la divinidad encarnada y eso debería ser algo obvio. En este momento nos vamos. Somos el Consejo Pleyadiano de Luz. Nos sentamos junto a ustedes en este banco del parque del cosmos y compartimos nuestro almuerzo de luz.

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