jueves, 26 de mayo de 2011

La Experiencia de Muerte Clínica de Mellen-Thomas Benedict



Introducción:
Mellen-Thomas Benedict es un artista que sobrevivió a una experiencia cercana a la muerte en 1982. Murió durante más de una hora y media, durante ese tiempo se elevó por encima de su cuerpo y fue a la Luz. Con curiosidad por el universo, fue llevado lejos a las remotas profundidades de la existencia e incluso más allá, en el Vacío energético de la Nada más allá del Big Bang. En relación con su experiencia cercana a la muerte el Dr. Kenneth Ring declaró: “Su historia es una de las más notorias de entre las que he tenido conocimiento en el curso de mis amplias investigaciones sobre las experiencias cercanas a la muerte.”
EL CAMINO HACIA A LA MUERTE (por Mellen-Thomas Benedict)
Mellen Thomas BenedictEn 1982 me morí de un cáncer terminal. Mi caso era inoperable y cualquier tipo de quimioterapia que pudiesen darme tan sólo me haría ser aún más un vegetal. Me dieron de seis a ocho meses de vida.
En los años 70, había sido un fanático de la información y me volví cada vez más pesimista con respecto a la crisis nuclear, la crisis ecológica, y así sucesivamente. Así, como no tenía una base espiritual, empecé a creer que la naturaleza había cometido un error, y que probablemente éramos un organismo canceroso en el planeta. No veía la forma de salir de todos los problemas que nos habíamos creado a nosotros mismos y al planeta. Percibía a todos los humanos como cáncer, y eso es lo que tuve.
Eso es lo que me mató. Ten cuidado con cuál es tu visión del mundo. Ello puede volver a ti, especialmente si es una visión negativa del mundo. Yo tenía una visión seriamente negativa. Eso es lo que me llevó a mi muerte. Intenté todo tipo de métodos curativos alternativos, pero nada funcionó.
Entonces determiné que aquello en realidad era un asunto tan sólo entre Dios y yo. Nunca antes me había encarado realmente con Dios, ni siquiera había tratado con Él. En aquel tiempo, no estaba dentro de ningún tipo de espiritualidad, pero comencé un viaje de aprendizaje sobre espiritualidad y terapias alternativas. Me embarqué en la lectura de todo lo que podía y me zambullí en el tema, pues no quería sorpresas al otro lado. Así que empecé a leer sobre varias religiones y filosofías. Todos eran muy interesantes y daban esperanzas de que hubiera algo al otro lado.
Por otro lado, como era trabajador autónomo (yo era entonces artista sobre vidrios de colores) no tenía ningún seguro médico. Los ahorros de toda mi vida, pues, se esfumaron de la noche a la mañana en exámenes médicos. También tuve que hacer frente al personal médico sin seguro alguno. No quería que mi familia se arruinase, por lo que decidí ocuparme de ello personalmente. No tenía dolores permanentes pero perdía el conocimiento. Aquello evolucionó de tal manera que ya no me atreví a conducir más. Acabé, finalmente, en el hospicio.
Una cuidadora del hospicio se ocupaba personalmente de mí. Este ángel fue una verdadera bendición, sufrió conmigo la última fase. Resistí unos 18 meses. No quería tomar muchos medicamentos porque quería permanecer lo más consciente posible. Padecí entonces tal dolor, que me impedía percibir nada más. Afortunadamente, esto sucedía tan sólo durante períodos de unos días.
LA LUZ DE DIOS
Recuerdo que me desperté en casa una mañana a eso de las 4 y media de la madrugada y supe sin más que había llegado el momento. Ése era el día en que me iba a morir. Así que llamé a unos pocos amigos y me despedí. Desperté a mi cuidadora del hospicio y se lo dije. Tenía un acuerdo privado con ella, y era que dejaría mi cadáver a solas durante seis horas, ya que había leído que cuando uno muere suceden toda clase de cosas interesantes. Volví a dormir.
Lo siguiente que recuerdo es el comienzo de una típica experiencia cercana a la muerte. Súbitamente, me encontraba totalmente consciente y de pie, pero mi cuerpo seguía en la cama. Había aquella oscuridad a mi alrededor. Estar fuera del cuerpo era una experiencia aún más vívida que la ordinaria. Era tan vívida, que podía ver cada habitación de la casa, podía ver el techo de la casa, podía ver los alrededores de la casa, podía ver por debajo de la casa.
Había esta Luz brillando. Me volví hacia la Luz. La Luz era muy parecida a lo que tantos otros han descrito en sus experiencias cercanas a la muerte. Era tan magnífica. Es tangible. Se la puede sentir. Es atractiva. Quieres ir a ella como querrías hacerlo a los brazos de tu madre o padre ideal.
Cuando empecé a moverme hacia la Luz, supe intuitivamente que, si iba hacia ella, moriría. Por lo que, mientras me movía hacia la Luz, dije: “Por favor, espera un minuto, paremos aquí tan sólo un segundo. Quiero pensar sobre esto; querría hablarte antes de ir.” Para mi sorpresa, toda la experiencia se paró en ese punto. Tú controlas tu experiencia de vida tras la muerte. No vas montado en una montaña rusa.
Así que mi petición fue atendida y tuve algunas conversaciones con la Luz. La Luz continuaba transformándose en diferentes figuras, tales como Jesús, Buda, Krishna, mandalas, imágenes arquetípicas y signos. Le pregunté a la Luz: “¿Qué pasa aquí? Por favor, Luz, aclárate para mí. De veras que quiero conocer la realidad de la situación.” En realidad no puedo decir las palabras exactas, porque era una especie de telepatía.
LA LUZ RESPONDIÓ
La información que se me ha transmitido es que, durante tu experiencia de vida tras la muerte tus creencias dan forma al tipo de reacción que se obtiene ante la Luz. Si fuiste budista o católico o fundamentalista, según lo que haya en ti así será la respuesta que obtengas de vuelta. Tú tienes la oportunidad de mirarla y examinarla pero la mayoría de la gente no puede. Cuando la Luz se me reveló a sí misma, me hice consciente de que lo que estaba viendo en realidad era la matriz de nuestro Yo superior.
Todos tenemos un Yo Superior o super-alma que forma parte de nuestro ser. Se reveló a mí en su forma más verdadera de energía. La única forma en que puedo describirlo es que el ser de nuestro Yo Superior es más como un conducto. No se parecía a eso, pero es una conexión directa a la Fuente que todos y cada uno de nosotros tenemos. Estamos directamente conectados a la Fuente. Así que la Luz me estaba mostrando la matriz de nuestro Yo Superior.
Se me apareció muy claramente que todos los Yos Superiores están conectados a un solo ser, todos los humanos están conectados a un solo ser, somos de hecho un solo y mismo ser, diferentes aspectos del mismo ser. Yo no estaba comprometido con ninguna religión en particular, así que eso era lo que estaba retroalimentándose hacia mi en mi experiencia de vida tras la muerte.
Cuando le pedí a la Luz que me siguiera aclarando, que siguiera explicando, entendí lo que es la matriz de nuestro Yo superior. Tenemos una red alrededor del planeta donde están conectados todos los Yos superiores. Es como una gran compañía, un cercano y sutil nivel de energía en torno a nosotros, el nivel espiritual podríamos decir. Entonces, tras un par de minutos, pedí más clarificación. Quería en verdad saber lo que es el universo, y en aquel momento estaba listo para partir. Dije: “Estoy listo, llévame.”
Entonces la Luz se transformó en la cosa más hermosa que he visto jamás: un mandala de almas humanas en este planeta. Vine ahora a esto con mi visión negativa de lo que sucedía en el planeta. Por lo que, como le pedí a la Luz que se me siguiera aclarando, vi en este magnífico mandala cuan hermosos somos todos en nuestra esencia, nuestro núcleo. Somos las más bellas creaciones.
El alma humana, la matriz humana que formamos todos juntos es absolutamente fantástica, elegante, exótica, todo. Apenas puedo describir lo mucho que cambió mi opinión sobre los seres humanos en aquel instante. Dije: “¡Oh Dios! ¡No sabía lo hermosos que somos!” A cualquier nivel, alto o bajo, en cualquier forma en la que estés, eres la más hermosa creación, lo eres.
Las revelaciones provenientes de la Luz parecían seguir y seguir, entonces le pregunté a la Luz: “¿Significa esto que la Humanidad será salvada?” Entonces, como un toque de trompeta con una lluvia de luces en espiral, la Gran Luz habló diciendo: “Recuerda esto y no lo olvides nunca; tú te salvas, tú te redimes y tú te curas a ti mismo. Siempre lo has hecho. Siempre lo harás. Fuiste creado con el poder de hacerlo así desde antes del principio del mundo.
En ese instante, me di cuenta de más cosas aún. Me di cuenta de que NOSOTROS YA HEMOS SIDO SALVADOS, y nos salvamos porque fuimos diseñados para auto-corregirnos como el resto del universo de Dios. De eso es de lo que trata el segundo advenimiento. Le di las gracias a la Luz de Dios con todo mi corazón. Lo mejor que acerté a decir fueron estas sencillas palabras de total aprecio: “Oh querido Dios, querido Universo, querido Gran Yo, Amo Mi Vida.”
La Luz pareció aspirarme aún más profundamente. Fue como si la Luz me absorbiera completamente. El Amor Luz sigue siendo, aún a día de hoy, indescriptible. Entré en otro reino, más profundo que el último, y advertí algo más, mucho más. Era una enorme corriente de Luz, vasta y plena, profunda en el Corazón de la Vida. Pregunté qué era esto.
La Luz respondió: “Éste es el RÍO DE LA VIDA. Bebe de esta agua del maná hasta que se contente tu corazón.” Por lo que lo hice. Tomé un gran trago y luego otro. ¡Beber de la misma Vida! Estaba en éxtasis.
Entonces la Luz dijo: “Tú tienes un deseo.” La Luz lo sabía todo sobre mí, cada cosa pasada, presente y futura. “¡Sí!”: susurré.
Pedí ver el resto del Universo; más allá de nuestro sistema solar, más allá de toda ilusión humana. La Luz me dijo entonces que yo podía ir con la corriente. Lo hice, y fui llevado a Través de la Luz hasta el Final del Túnel. Sentí y oí una serie de estampidos sónicos muy suaves. ¡Qué torrente!

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